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El pastor de niños C.H Spurgeon




Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.
Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.
Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.
(Juan 21:15-17)
 
Simón Pedro no era de Wells; pero tenia mucho de lo que nosotros solemos llamar el fuego de Wells. El pertenecía a aquellas personas que llaman el interés de los jóvenes. A los niños les gusta sentarse cerca del fuego, donde sea que este: en la chimenea de casa o en el corazón humano. Hay personas que parecen estar hechos de hielo. Los niños rápido los dejan. La cantidad de los miembros de la iglesia o de las clases disminuye con cada domingo, si las criaturas de sangre fría leen las predicas o hacen las clases; pero si un hombre o mujer tiene un corazón bondadoso los niños con alegría se reúnen alrededor de ellos, como las moscas que en los días de otoño se calientan en la tibia pared alumbrada por el sol. Es por eso que Jesús le dice al bondadoso Simón: “Apacienta a mis corderos”. Este hombre era propicio para este trabajo.
Además de todo Simón Pedro era también una persona con experiencia. El conocía sus propias debilidades, el pasó por los remordimientos de conciencia, el ha pecado mucho, y no solo una vez fue perdonado; ahora humildemente y con sumisión tenia que reconocer el amor de Cristo. Nosotros queremos que los hermanos y hermanas con experiencia conversen con los niños convertidos y les cuenten que les ha dado el Señor, de los peligros que les esperan; de los pecados que ellos han cometido; de sus tristezas y de su consuelo. A los jóvenes les gusta conocer de aquellos que han recorrido un camino de vida mas largo. Yo puedo decir de los santos con experiencia: sus labios guardan sabiduría. La experiencia transmitida con amor es un elemento excelente para jóvenes creyentes. Ese alimento que con mucha probabilidad el Señor bendecirá para que así sean llenos en la gracia.
Simón Pedro era un gran deudor. El debía mucho a Jesucristo pues según la ley del reino es : aquel que se le perdona mucho el que ama más. ¡Oh! Aquellos de ustedes que nunca se han ocupado de semejante servicio para Cristo; pero sienten que pueden hacerlo bien, salgan y digan: “Yo he dejado este trabajo para las manos mas jóvenes; pero de ahora en adelante no va ha ser así .yo tengo la experiencia y creo que he guardado en mi pecho el calor de mi corazón. Voy a unirme a aquellos que siempre alimentan a los corderos en el nombre del Señor.” Me refiero a la persona llamada a alimentar a los corderos.
Cuando el Señor llama al hombre a su servicio, El le proporciona la preparación necesaria. ¿Como fue preparado Pedro para alimentar a los corderos de Cristo? Primeramente fue alimentado el mismo. El Señor le ha dado el desayuno antes de darle una tarea. Ustedes tampoco podrán alimentar a los corderitos o a las ovejas antes que se llenen ustedes mismos. Es excelente que ustedes están trabajando la gran parte del día del Señor; pero creo que no es sabio aquel maestro que el mismo no viene a escuchar la predica del evangelio y recibir el alimento para su propia alma. En primer lugar reciban el alimento ustedes mismos y después alimenten a otros.
Aun solamente el hecho que Pedro estaba cerca del maestro lo preparaba para la obra de alimentar a los corderos. El nunca olvidara aquella mañana y todo lo que era relacionado con ella. La voz que el oía pertenecía a Cristo; la mirada que penetro hasta lo mas hondo de su corazón era la mirada de Cristo; el respiraba del mismo aire que el Señor Resucitado. La cercanía con Jesús lleno el corazón de Pedro con el aroma agradable e instruyo su lengua para que el pueda ir y alimentar a los corderos. Yo les recomiendo estudiar libros instructivos; pero más que todo les recomiendo conocer a Cristo. Que el sea vuestra biblioteca. Acérquense más a Jesús. Una hora de conversación con Jesús es la mejor preparación para la enseñanza de jóvenes y también la de los mayores.
También Pedro se preparaba para la alimentación de los corderos a través de un método más doloroso –Por el camino de autoanálisis. Tres veces el escucho la pregunta: “Simón hijo de Jonás ¿me amas?” “¿me amas?” “¿me amas?”. El hombre como una vasija necesita de una purificadora autocritica antes que el Señor pueda usarlo dignamente llenándolo con el agua viva, que el llevara a los sedientos. El hombre honesto no tienen temor de mirar a los mas ocultos rincones de su alma, abrirlos ante el Señor y pasar las pruebas que el ha preparado. Solo el hipócrita teme la verdad que prueba su fe; conversaciones con el fin de probar lo aprendido , reflexiones – de todo eso el tiene miedo- . La persona honesta quiere saber firmemente que en verdad ama a Cristo, por eso mira dentro de si, hace preguntas y se hace así mismo un interrogatorio.
Más que todo debemos exponer a la prueba nuestro amor, porque la mejor preparación para la enseñanza de los corderos de Cristo es el amor- el AMOR DE JESUS A SUS CORDERITOS -. Nosotros no podemos ser sacerdotes de su nombre si como Aron no llevamos en el pecho sus nombres. Tenemos que amar; sino no podemos bendecir. La enseñanza pierde su sentido cuando se va el amor , el maestro entonces es como un herrero que trabaja sin fuego o el albañil sin cemento , el ovejero que no ama a sus ovejas es solamente un trabajador asalariado y no un pastor: en el momento del peligro el se escapara dejando su rebaño para los lobos. Allí donde no hay amor no hay vida.
A los corderos vivos no deben alimentarlos los muertos. Nosotros predicamos el amor y lo enseñamos. El centro de nuestra enseñanza es el amor de Dios en Cristo Jesús.¿ Como podemos enseñar el amor sin tenerlo nosotros mismos? , tenemos que plantar el amor en los corazones de aquellos a quienes enseñamos y estimularlo donde ya existe. Pero ¿como podemos encender el fuego si el no arde en nuestros propios corazones? ¿Como podrá mantener el fuego una persona de cuyas mojadas manos gotea la indiferencia y la muerte? , Por lo cual su influencia al corazón del niño mas se parece a un balde de agua que a las llamas del fuego! Estos corderitos viven en el amor de Jesús. ¿Y porque no podrían ellos vivir en nuestro amor también? El los llama “Mis corderos” y ellos lo son ¿no los amaremos por Cristo? Ellos fueron escogidos en amor, redimidos por amor, llamados en amor, lavados en amor, alimentados en amor, y van a ser guardados por amor hasta que lleguen a los verdes prados de los montes celestiales. Ustedes y yo no seremos parte del gran mecanismo del amor de Dios, si nuestras almas no se llenan del celoso empeño por el bien de los queridos niños. El amor es la más grande y poderosa preparación para el servicio, como en la congregación así también en la clase. Amen después apacienten. Si amas – Pastorea. Si no hay amor espera hasta que el Señor lo encienda y pon tu inmaculada mano al trabajo en este santo servicio.
Teniendo en el rebaño niños débiles, recién convertidos, en primer lugar tenemos que alimentarlos a ellos, cada predica, cada clase tienen que ser nutridos. Poco provecho hará pararse, golpear la mesa con la Biblia y gritar “Cree, Cree“, cuando nadie sabe que significa creer. Yo no veo provecho en los violines y panderetas, ni corderos ni ovejas podrán apacentarse en una orquesta. El alimento verdadero tiene que contener la doctrina seria, sana doctrina del evangelio. Cuando la comida caliente ya este en la mesa, toquen la campanita par llamar a todos a la cena; pero la campanita no llenara a nadie, si la mesa esta vacía. Las reuniones matutinas y de día serán solo una perdida de tiempo, para los niños como para ustedes, si no exponemos ante ellos la verdad que salva a las almas y que fortalece. Apacienten a los corderitos, no hay que tocar la flauta y ponerles cadenetas en el cuello; sino alimentarlos.
Es un trabajo simple, humilde y que no llama la atención, ¿conocen ustedes a alguno de estos ovejeros? Yo conocía a uno o dos ovejeros, que siguieron este llamado; pero nunca escuche que alguien hablara de ellos como si fueran grandes personas. Sus nombres no salían en los periódicos, nosotros nunca hemos escuchado que salieran con algunas demandas ante el poder legislativo y les atendieran sus necesidades.
Los ovejeros, por lo general, son gente pacifica y humilde. Mirando a un ovejero ustedes no verán diferencia entre el ,un labrador o un chofer.
El trabaja sin quejarse, no descansa en el invierno y desde la temprana primavera no cierra los ojos ni de día ni de noche, cuidando los pequeños corderitos. El trabaja diligentemente año tras año y a pesar de esto nunca será “Caballero de una Orden” y no adquirirá el titulo de Lord; aunque el trabajo hecho por el, es mucho mas provechoso, que el que hacen las personas que llegan a estos títulos y escalan en la posición social en los barriles de cerveza. Así también sucede con muchos buenos maestros de los niños pequeños. Ustedes pocas veces escuchan de ellos; pero ellos hacen un gran trabajo, por lo cual en los siglos venideros los llamaran benditos. El gran maestro los conoce bien y nosotros escucharemos de ellos en el día del Señor o tal vez antes.
La alimentación de los corderitos, y mas los corderitos de Cristo requiere también atención, porque no se puede alimentarlos con lo que sea, una mala instrucción pronto puede intoxicar parte de los jóvenes creyentes. Los corderitos de Cristo fácilmente pueden comer hierbas venenosas, por eso tenemos que tener cuidado llevándolos tras de nosotros, Si las personas tiene que tener cuidado con lo que escuchan, ¡cuanto mas atentos tenemos que estar nosotros en nuestra enseñanza! Hay que estar atento al alimentar a cada uno de los corderitos y al explicar a cada uno de los niños la verdad que el puede comprender.
Además de eso, la alimentación de los corderos es el trabajo permanente, constante y paciente ““Apacienta a mis corderos” –Este llamado no es para un corto periodo de tiempo sino para siempre .Ningún corderito sobrevivirá, si el ovejero le da alimento solo una vez por semana. Creo que ellos no sobrevivirían ni una semana, de un domingo hasta el otro. Así también los buenos maestros se preocupan de los niños todos los días de la semana dependiendo de sus posibilidades, orando por sus almas y mostrando un santo ejemplo en el tiempo libre de las clases. El cuidado de los corderitos es un trabajo constante y de cada hora. ¿Cuando se termina? ¿Cuantas horas al día trabaja un ovejero? El responderá que en el periodo cuando nacen los corderitos el no tiene tiempo para descansar. El duerme poco, cuando puede. Apenas se duerme ya se levanta para hacer otra vez su trabajo. Lo mismo con aquellos que alimentan a los corderitos de Cristo: Ellos no tienen paz hasta que Dios no salve y limpie de pecado a sus queridos alumnos.
La alimentación de los corderos es el trabajo difícil. Aquí el que no ponga el máximo de sus fuerzas en este trabajo, al final va recibir una terrible cuenta. ¿Ustedes creen que la vida de un pastor es fácil? Yo digo que aquel que la cree fácil al final de su vida comprenderá lo difícil que es. Nada agota tanto al hombre llamado al servicio como la preocupación por las almas. Igualmente en el caso de los maestros: ellos no tendrán éxito si no se entregan por completo a su servicio. Ustedes deben aprender la clase, ustedes deben traer a la clase algo nuevo e interesante, ustedes tienen que instruir e inspirar. Yo no dudo que muchas veces estén sobre cargados de trabajo y me pregunto ¿como pasaran el siguiente domingo? . Yo se que hay tiempos cuando ustedes trabajan muy duro, si trabajan diligentemente Ustedes no se atreverán a llegar corriendo a la clase, sin prepararse, y ofrecer al Señor lo que no les costo ningún esfuerzo. Para que los corderos coman hay que esforzarse para asi sabiamente preparar y servirles su comida.
Y todo eso hay que hacerlo con buen humor, con delicadeza. Un pastor verdadero tiene muchas cualidades preciosas. El esta lleno de empeño; pero no es impulsivo; el es suave de carácter pero sabe dirigir la clase; el es amoroso y tierno; pero no dejara pasar al pecado. El tiene poder sobre los corderitos pero no es tosco con ellos, el es alegre; pero no superficial. El tiene la libertad; pero no abusa de ella, el es serio; pero no melancólico. Aquel que cuida de lo corderos, el mismo también tiene que ser cordero y bendito sea Dios que ante su trono esta el Cordero que cuida de todos nosotros y lo hace con perfecto éxito.
El espíritu de pastor es un don raro e invaluable. Un buen pastor o maestro de Escuela siempre tiene cualidades especiales que hacen la diferencia entre el y los demás. El ave que esta en el nido con sus huevos o cuidando de los pichones tiene el instinto maternal, y ese pájaro dedica toda su vida a la alimentación de los polluelos. Otras aves pueden estar felices volando, pero este tranquilamente día y noche esta en su nido, y si vuela es solamente para llenar de comida los picos abiertos, que parecen que nunca serán saciados. A esta ave le guía la pasión. Algo semejante llena a aquel que de verdad quiere ganar las almas de pecadores para Cristo: Parece que con alegría el aceptaría la muerte para ganarlos; el anhela, suplica, trabaja constantemente para que aquellos que son queridos a su corazón reciban la bendición. Si seria posible salvarlos el pondría la mitad de sus cielos para eso y a veces aun en su entusiasmo esta dispuesto a cambio de la salvación de las almas dar el cielo, y como Pablo el preferiría que lo maldigan con tal que sean justificados los pecadores. Muchos no entienden este santo empeño porque ellos mismos nunca lo han experimentado. Que el Espíritu Santo lo implante en nosotros, para que actuemos como los verdaderos pastores hacia nuestros corderitos. Solo con esta condición cumpliremos el llamado :
“Apacienta mis corderos”
(C.H. Spurgeon)

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