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Los deseos de cumpleaños (E. Modersohn)



Cuando se acercaba mi cumpleaños los niños usualmente me preguntaban:

- ¿Papa, que quieres que te regalemos?

- El Salmo 23. ¡Es corto, y tan bueno! Estaré feliz de escucharlo – yo le respondía a uno, - Y tu, aprende los últimos versículos del capitulo 8 de la carta a los romanos, desde el versículo 31 “ … Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?..” – le aconsejaba al otro.

- ¡Oh perfecto, yo lo hare!

- Y tu, mi hijo, memoriza el versículo “Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él…”

Así se repartían nuestros deseos entre todos los niños. Cuando llegaba el cumpleaños, los niños se paraban en fila y declamaban los pasajes de la Biblia y textos de los himnos. Yo me alegraba, porque de esta manera los niños adquirían para ellos tesoros para toda su vida.
Para el cumpleaños de la madre, para la Navidad o algún otro día festivo importante para los cristianos, ellos también aprendían versos y salmos.

Queridos padres, tal vez ustedes también hacen así? Cuando a los niños les dicen que tienen que aprender una u otra parte de la Biblia, ellos lo hacen sin muchas ganas, les es difícil. Pero si ellos saben que esto alegrara a los padres y así se cumplirá su deseo, entonces ellos lo hacen con placer.
Lo importante aquí es que aprendiendo de memoria partes de las Sagradas Escrituras, los niños guardan un tesoro imperturbable.

Tal vez, llegara el tiempo, cuando la Palabra de Dios será quitada de nosotros. En mi vida fue así, cuando la Gestapo me llevo a la cárcel. ¡Cuanta alegría me producía el haber aprendido de memoria los pasajes de la Biblia! La Palabra de Dios me traía gozo y fortaleza. A menudo, recostado en el duro camarote, yo repetía “el alfabeto de oro”: me acordaba un versículo que comenzaba con “a”, después con “b”, y así adelante recorría por el alfabeto.  Así yo me dormía con la Palabra de Dios, y si no dormía, estas preciosas palabras me animaban de manera maravillosa, me fortalecían y me alegraban.
¡Que tesoros están escondidos en nuestra Biblia! ¡Démosle uso verdadero! Preocupémonos que nuestros hijos lo mas temprano posible adquieran estos tesoros! Cuan agradecidos nos estarán ellos después, guardando en su corazón las palabras de Dios durante toda su vida!

Mi esposa en la vejez se enfermo de cataratas. Después de la operación ella no podía leer ni la letra más grande. Cuan feliz estaba ella que en su juventud había aprendido de memoria capítulos enteros de la Biblia!
Nosotros siempre meditamos en las partes de la Biblia que sabemos de memoria y los repetimos al cerrar nuestros cultos familiares. De esta manera este tesoro espiritual siempre se esta usando.

Tal vez vuestros hijos tendrán en su vida momentos, cuando no podrán leer la Biblia. ¡Oh cuanto necesitaran entonces lo aprendido de memoria! Por eso a todos los padres que están leyendo estas líneas doy un buen consejo: preocúpense que vuestros hijos aprendan mucho de memoria! Y para hacerles esta tarea más ligera pidan estos “regalos” para vuestros cumpleaños. Llegara la hora, cuando, aun tal vez después de vuestra muerte, ellos les agradecerán por esto.

Ernst Modersohn
(1870-1948, evangelista alemán; lo llamaban “Moody alemán”)

Las Respuestas de Martina





—Martina, ¡esta tarde estás muy tranquila!

—Sí, papá; estoy pensando en una pregunta que nos ha hecho la maestra de la escuela dominical.

—¿Una pregunta? ¿Es difícil de responder? —dijo el padre y, tomando el papel, leyó: «Escribe el nombre del más grande pecador que conozcas.»

—Tú lo encontrarás —agregó el padre, sonriendo.

Martina estaba perpleja... De pronto recordó los nombres de dos criminales de quienes se hablaba en los medios periodísticos.

—¡Ahí tengo la respuesta! Pero, no —pensó—, yo no los conozco. Bueno, quizá debo buscar en la Biblia... ¡Ah, sí!, el apóstol Pablo dijo: “Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” (1.ª Timoteo 1:15).

—¡Papá, ya encontré la respuesta! ¡Es Pablo!

—Pero, Martina, ¿tú has conocido al apóstol Pablo?

—¡Oh, no! ¡Entonces yo no sé quién es!

—Busca aún, hijita.

Después de reflexionar unos momentos más, la niña se acercó a su padre y le dijo suavemente:

—¡Mira! —y el padre leyó: MARTINA.

—Muy bien. Ahora abre tu Biblia y lee el versículo 8 del capítulo 5 de la epístola a los Romanos: “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
El domingo siguiente los niños recibieron una nueva pregunta: «¿ERES SALVO?»

Inmediatamente, Martina escribió con grandes letras «SÍ».

—¿Cómo sabes tú que eres salva?

—Porque creo lo que Dios dice: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).
Después de leer este relato, nos gustaría hacerte dos preguntas:
1) ¿Eres pecador? ¿SÍ o NO?
Tanto el apóstol Pablo como Martina respondieron que sí. Y tú, ¿qué respondes? Dios dice:“No hay justo, ni aun uno... Todos se desviaron... No hay quien haga lo bueno... No hay temor de Dios delante de sus ojos”(Romanos 3:10-18).
2) ¿Eres salvo? SÍ o NO?
Confiesa a Dios tu pecado. Entonces serás “justificado gratuitamente por Su gracia... por medio de la fe en la sangre del Señor Jesús ” (Romanos 3).
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Apostoles y Madres - C.H. Spurgeon




Los primeros apóstoles de nuestro Señor eran personas de alta estima. A pesar de todos sus errores y fallas, sus corazones debieron haberse hecho más suaves y bondadosos conviviendo con aquel que es perfecto y lleno de amor. Llego a la conclusión que si estas personas reñían a las madres que traían a sus hijos a Cristo; entonces esta actitud no es extrañar en la iglesia de Dios. Temo que el frio congelador de este pecado se siente en casi todo lugar.

No quiero hacer acusaciones injustas; pero creo que si haríamos una pequeña investigación personal, muchos de nosotros se encontrarían culpables en este asunto, y tal vez exclamarían junto con el jefe de los coperos del faraón: “Me acuerdo hoy de mis faltas” Génesis 41:9. ¿Hemos dado todas nuestras fuerzas para llevar un niño a Cristo como lo hacemos para la conversión de los adultos? ¿O usted cree que soy sarcástico?

¿Están poniendo ustedes todas sus fuerzas para la conversión de una persona? ¿Que debo decirles? Es terrible que el espíritu de Caín puede entrar en el corazón del creyente y hacerlo decir: “¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” Gen 4:9 Es terrible que nosotros nos permitamos comer deliciosamente cuando muchas personas se mueren de hambre. Pero si ustedes realmente se preocupan por la salvación de las almas entonces díganme ahora ¿cree usted que la salvación de los niños es una cosa poco importante? ¡Si! Y este sentimiento lo comparten muchos. Esto es un error muy común.

Yo creo que en este caso la reacción de los apóstoles fue causada por el fiel amor a Jesús. Estos buenos hombres pensaban que los niños traídos por sus madres iban a distraer al Salvador que estaba ocupado en un trabajo más importante: El desenmascaraba a los fariseos, enseñaba a la multitud y sanaba a los enfermos. ¿Como podían ellos permitir que los niños lo estén molestando? Los pequeños no entenderían su enseñanza y ellos no necesitaban de sus milagros. ¿Para que había de traerlos? ¿Para que lo distraigan de las grandes obras?

Es por eso que los discípulos dijeron:” Llévense a sus hijos estimadas madres, enséñeles ustedes la ley, aprendan con ellos los salmos y los hechos e los profetas y oren. Cristo no puede imponer sus manos sobre todos los niños. Si nosotros permitimos venir a un grupo de niños entonces vendrán todos los niños del pueblo y la obra del Salvador, lamentablemente será perturbada ¿Acaso no entienden esto ustedes? “Los discípulos tenían tanta reverencia a sus Señor que estaban dispuestos a echar fuera a estos pequeños visitantes para que el gran maestro no convierta en un simple maestro de niños.

Probablemente eso fue causado por el gran amor a Jesús; pero esto no estaba de acuerdo a su enseñanza. Así también hoy en día algunos hermanos (pocos probablemente) estarían de acuerdo en recibir en la iglesia muchos niños temiendo que esta se convierta en una congregación de niños y niñas. Y en verdad, si muchos niños llegan a ser miembros de la iglesia entonces la gente va a hablar con disgusto. El mundo exterior la va ha llamar simplemente “Escuela Dominical”.

Yo recuerdo un caso cuando en una de las iglesias de nuestro condado se convirtió una mujer de mala reputación. Algunos hombres sabios se opusieron a aceptarla como uno de los miembros de la iglesia y aun unas personas incultas del peor calibre se atrevieron a escribir en las paredes que el pastor bautista ha bautizado a una ramera. Le dije a mi amigo que aquello había que aceptarlo como una honra. Aun si alguien nos hubiera de reprochar porque recibimos a los niños como miembros de la iglesia, nosotros gustosos aceptaremos este reproche como una señal de honra.

Los niños santos no pueden hacer ningún daño a la iglesia. Dios enviara personas maduras y con experiencia para dirigir prudentemente la iglesia. Nosotros no aceptaremos a nadie quien no pueda testificar de su nuevo nacimiento sea cual sea su edad. Dios nos guarde de juzgar a nuestros cuidados hermanos; pero nosotros quisiéramos que ellos muestren su prudencia allí donde ella es más necesaria. Jesús no perderá su gloria por los niños, tenemos muchas mas razones para preocuparnos de esto a causa de los adultos .El rechazo de los apóstoles a los niños en gran parte era producto de aquello que ellos ignoraban: las necesidades de los pequeños. Si alguna madre en esta multitud diría: “tengo que traer a mi hijo al maestro porque el esta poseído por el demonio”, entonces Pedro, Jacobo y Juan si titubear un segundo ayudarían a la mujer a traer al niño al Salvador. O supongamos otra madre diría:”La enfermedad consume a mi hija, quedan de ella solo piel y huesos. Permítanme venir con ella a Jesús para que El ponga sus manos sobre ella” Todos los discípulos dirían: “¡dejen pasar a esta mujer con su triste carga!”; pero los demás pequeños inquietos de ojos brillantes y lindos hablar infantil - ¿para que ellos necesitan venir a Jesús? Los apóstoles se olvidaron que estos niños con toda su alegría y salud y la visible inocencia necesitan profundamente la bendición del misericordioso Salvador.

Si ustedes tienen otro punto de vista que vuestros niños no necesitan ser convertidos, que los niños nacidos en una familia cristiana tienen algún beneficio ante otros y en ellos ya están cimientos de los buenos valores y solo necesitan ser desarrollados, se desaparecerá uno de los principales motivos para continuar en vuestro piadoso celo. Créanme que vuestros hijos necesitan al Espíritu Santo el cual les daría nuevos corazones y los llenaría de un Espíritu recto, sin ello se desviaran del camino como todos los demás niños. Recuerden: No importa cuan pequeños sean ellos, en su joven pecho ya esta el “germen” el cual hay que sacar sino el los destruirá. Para el hombre es propia la atracción al pecado aun si esta todavía no se ha manifestado en los hechos y es esta atracción la que hay que vencer con la gran fuerza del Espíritu Santo gracias al cual el niño recibe el segundo nacimiento.

Oh! ¡Si la iglesia de Dios abandonara el viejo dogma judío, el cual tiene aun fuerza para con nosotros de que el nacimiento físico trae consigo los privilegios de las promesas! Aun las leyes del Antiguo testamento nos enseñan que no es la carne sino el Espíritu el que produce la verdadera semilla, Como también fue con Ismael e Isaac, Esaú y Jacob. ¿Acaso no sabe la iglesia de Dios que “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.? (Juan 3:6)“¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie. (Job 14:4)”


EL nacimiento físico trasmite la naturaleza perversa; pero es incapaz de trasmitir la gracia. En el nuevo Testamento esta escrito: Los hijos de Dios “los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1:13)


En los tiempos del antiguo testamento era muy importante el nacimiento de la carne. Pero desde el punto de vista del Pacto de la Gracia ustedes tienen que vivir el segundo nacimiento. El primer nacimiento no nos trae nada además de la herencia del primer Adán. Tienen que nacer por segunda vez para recibir la guianza del segundo Adán.

Pero alguien podría contradecir que en la Biblia esta escrito : “ Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos …” ¿ No se ha podido malinterpretar mas terriblemente este texto? . Muchas veces he oído citarlo para confirmar la doctrina que esta muy lejos de la que muy claramente se lee aquí. Si ustedes tomaran la mitad de cualquier oración dicha por una persona y votaran todo lo demás entonces recibirán el resultado completamente opuesto al original. ¿Que significa en realidad este texto? Lean Hechos 2:39 “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

(Hch 2:39)” ”Esta afirmación es interpretada de varias formas y es causa del llamado: Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados… (Hch 2:38)

Eso no habla de un privilegio especial para todos los miembros de familia, sino de la disposición de la Gracia a ellos como a sus hijos también “los que están lejos”. En el nuevo testamento no hay ni una sola palabra de que los privilegios de la gracia de Dios de alguna manera se transmitan por herencia. Ellos son dados a aquellos que “El Señor nuestro Dios llame” sin importar quienes fueron sus padres – santos o pecadores- ¿de donde la gente tiene el atrevimiento de sacar la mitad del texto para insistir en aquello que es incorrecto? Con tristeza ustedes deben mirar a sus niños, porque en pecado nacieron y formados en concupiscencia, “hijos de la ira” por la naturaleza, como todos los demás. Y Aunque ustedes mismos pueden pertenecer a los santos y sus antepasados fueron siervos conocidos en la iglesia de Dios sus hijos son tan pecadores por nacimiento como los hijos de otras personas, por eso ellos tienen que ser redimidos de la maldición de la ley por la preciosa Sangre de Jesús y recibir nueva naturaleza como el fruto de la obra del Espíritu Santo en ellos.

Ellos tuvieron el privilegio de crecer en una familia cristiana y desde pequeños escuchar la palabra de Dios; pero ellos son pecadores y necesitan del Salvador como toda la humanidad. Si ustedes se ponen a reflexionar en esto, entenderán que es necesario llevarlos lo más temprano posible en los brazos de oración y Fe a Jesucristo y confiarlos al único que es capaz de resucitarlos.


Yo he visto a los niños cuya experiencia espiritual, a los 10 o 12 años era mas grande que algunas personas de 50 o 60 años. El viejo refrán dice: “Algunos niños nacen con barba”. Algunos niños desde su nacimiento son pequeños hombres, y algunas niñas- pequeñas mujeres. No se puede medir nuestra vida con los años que hemos vivido. Yo conocí a un adolescente de 15 años del cual los cristianos mayores a menudo decían: “¡Este muchacho parece tener 60 años, con tanto entendimiento el habla de las verdades de Dios!” Estoy seguro que este joven a sus 15 años conocía de Dios y de las angustias espirituales más que cualquiera que aquellos que lo rodeaban sea cual sea la edad de ellos. No puedo explicar la razón pero se que algunas personas desde su juventud son maduros; pero otros en cambio hasta la vejez se quedan verdes; unos tienen la sabiduría; la cual seria difícil imaginar en ellos y otros son demasiado torpes; aunque parece que ya han dejado sus locuras de juventud.

¡No digan que el niño no es capaz de arrepentirse! Yo conocí a una niña que meses se acostaba con lagrimas atormentada por un profundo sentimiento de su propia pecaminosidad. Si quieren saber que es el profundo, fuerte y terrible temor ante la ira de Dios permítanme contarle aquello que yo experimentaba en mi niñez. Si ustedes quieren saber que es el gozo en el Señor, miren a muchos corazoncitos infantiles henchidos del amor de Dios. Si quieren saber que es la fe en Jesús, miren no aquellos que son enloquecidos por las herejías nuestra época, sino a los niños que creyeron a Jesús por predicación y lo amaron y desde aquel momento saben y están seguros que son salvos.

Un niño es mas capaz de creer que un adulto. Con los años nos volvemos menos crédulos, cada año la mente inconversa nos aleja de Dios y nos hace menos capaces de recibir las verdades de Dios. Ninguna tierra esta mejor preparada para ser sembrada por buenas semillas, como aquella que no fue pisada por el pie del hombre y no fue convertida en una senda; y aquella tierra que todavía no se ha llenado de mala hierba.

El niño no ha conocido la falsedad de la soberbia, la mentira del envanecimiento, los desvíos del mundo espiritual, la astucia y los engaños de los vendedores, el sofismo de la filosofía- y por eso tiene la ventaja ante el adulto. Pero como sea el segundo nacimiento depende de la obra del Espíritu Santo el cual puede obrar tanto en la juventud como en la vejez.

Algunos no dejaban a los niños venir a Jesús porque han olvidado el precio del niño. El precio del alma no depende de la edad. “¡ah solamente es un niño! “ A menudo se puede oír estas frases. Que Dios perdone aquellos que menosprecian a estos pequeños ¡¿no se molestaran ustedes si les digo que es mucho mas importante salvar a un niño que a un hombre mayor?

Dios muestra su infinita misericordia salvado a aquellos que ya tienen 70 años; pero ¿que provecho ellos pueden hacer en el atardecer de su vida? A los 50 o 60 años ya casi están destruidos si toda su juventud pasó con el diablo, ¿que queda para Dios? Pero respecto a los queridos niños y niñas- de ellos se puede hacer algo. Si ahora ellos vienen a Cristo pueden tener adelante un largo, feliz y santo día durante el cual ellos con todo su corazón pueden servir a Dios. ¿Quien sabe que gloria ellos le traerán? Tal vez en los países gentiles los llamaran benditos. Tal vez ellos llegaran a ser la fuente de inspiración para naciones. Si El maestro de colegio tenia la costumbre de quitarse el sombrero saludando a sus alumnos; porque no sabia si alguno de ellos pudiera llegar a ser el Primer Ministro, entonces nosotros debemos mirar adecuadamente a los niños convertidos; porque no se sabe cuan pronto ellos estarán con los ángeles o cuan fuerte va a brillar su luz entre los hombres. Vamos a medir correctamente a los niños y no detenerlos sino inmediatamente llevarlos a Jesús!

Nosotros vamos a vivir con los niños de acuerdo a nuestra propia espiritualidad y la simpleza infantil de nuestros propios corazones. Penetraremos en sus tempranos temores y en sus esperanzas, su fe que esta floreciendo y su amor que esta retoñando. La vida entre los niños convertidos va parecer la vida en medio de un jardín lleno de flores, en la viña llena de aroma de los tiernos racimos de uva.

C.H. Spurgeon
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Niños cantando





 Les invito a escuchar las canciones de niños para Dios en varios idiomas:




En Ruso




En Ucraniano 



En Armenio



En Osetio



En Georgiano 



Y tambien en Frances :)

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Alguien que me comprenda

 Una historia para niños
 
Escuchala en audio:





Un criador vendía unos cachorros de perros de caza de mucho valor. Se disponía a pegar un aviso en la entrada de su propiedad, cuando un muchacho llamado Santiago se acercó a él con una gran sonrisa y le dijo:

—Señor, yo quisiera comprar un cachorro.
—Sí, muchacho; pero estos cachorros nacieron de padres distinguidos, y son muy costosos.
—Tengo treinta y nueve pesos —respondió el jovencito, agachando la cabeza —. ¿Es suficiente para mirarlos?
—¡Seguro! Sígueme.

El criador silbó y llamó: «¡Dolly! ¡Ven aquí, Dolly!» Entonces, Dolly salió de su caseta y descendió corriendo por el camino, seguida por cuatro graciosos cachorros que parecían balones cubiertos de pelo. Los ojos del niño brillaban de alegría.
Luego, otro «balón», muy pequeño y torpe, salió de la caseta y, renqueando, trataba de unirse a los demás, a duras penas. Ese cachorro, evidentemente, era el malogrado de la camada.
Santiago, con su rostro apoyado en la cerca, y al tiempo que señalaba al pequeño can enclenque, exclamó:

—¡Me gustaría ése!
—¡¿Cómo puede ser que te guste ese cachorro?! ¡Él nunca podrá correr como tú, ni jugar como tú desearías! —exclamó el hombre, mientras se agachaba a la altura del muchacho.
Antes de responder, Santiago se inclinó y, lentamente, arremangó una pierna de su pantalón. Una vara de acero descendía de cada lado de su pierna, fijadas a un zapato especialmente concebido para él.
—¿Ve usted, señor? —dijo el muchacho, mirando a los ojos del criador— Yo no puedo correr muy bien, y este cachorro necesita de alguien que lo comprenda. 

¿Tienes tú a alguien que te comprenda? Es difícil hallarlo, ¿no es cierto?

¡Sin embargo, esa persona existe! No vive en la tierra, pero no podría estar más cerca. Comprende, sin que sea necesario hablarle, porque lee los pensamientos y lo que hay en el corazón. Y sufrió de tal manera en su cuerpo, en su corazón y en su espíritu, que puede comprender todos los dolores que existen en la tierra. Dicha Persona hace más que comprender; sí, siente lo que tú sientes, pues simpatiza y tiene compasión. ¿Sabes de quién te queremos hablar? Pues del Señor Jesús.

“El Señor es muy misericordioso y compasivo” (Santiago 5:11).
Él puede “compadecerse de nuestras debilidades” (nuestras desventajas), porque “fue tentado (o probado) en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15).

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C. H Spurgeon y La Escuela Dominical



En red hay varias páginas conteniendo la biografía de este gran predicador. En esta página  intentaremos colocar algunos de sus sermones dirigidos a los maestros de escuela dominical ,  traducidos desde el ruso, los que a su vez fueron traducidos del ingles, y por el momento no había en español.
La membrecía  en la iglesia de Spurgeon se mantenía por encima de las 5,000 personas, había 23 estaciones de misiones, y 27 escuelas dominicales con 8,000 estudiantes y cerca de 600 maestros


Un poco de su biografía :

Sin manipulación de llamadas al altar, sin utilizar métodos sensacionalistas o emocionales, Spurgeon confiaba solo en Dios para convencer a los pecadores, como él mismo dijo, “No vengo a este púlpito esperando que quizás alguno por su propia voluntad quiera volverse a Cristo. Mi esperanza está puesta en otra cosa, espero que mi Maestro traerá algunos de ellos y dirá, “eres mío, y serás mío, te reclamo para mí”. Mi esperanza surge del ofrecimiento de la Gracia que se ofrece gratuitamente, y no de la libre voluntad del hombre”.
Charles Haddon Spurgeon, nació en Kelvedon, Essex, Inglaterra el 19 de Junio de 1834. Tanto su padre como su abuelo fueron pastores, fue criado en un hogar Cristiano, pero fue en Enero de 1850 que se convirtió. Spurgeon predicó su primer sermón en Agosto de ese mismo año. Spurgeon leyó El Progreso del Peregrino a la edad de seis años y parece que luego lo leyó unas 100 veces. Antes de sus 20 años había predicado cerca de 600 veces. Spurgeon típicamente leía 6 libros por semana, y podía recordar lo que había leído y la fuente aún años después.
Es interesante notar que a pesar de que Spurgeon fue un eminente pastor Bautista durante todo su ministerio, Spurgeon encontró a Cristo en una Iglesia Metodista Primitiva. Cuando adolescente Spurgeon dudaba de Dios y una mañana de Domingo se levantó para ir a su iglesia, pero debido a una tormenta de nieve no pudo llegar a la Iglesia a la cual se dirigía y llegó a esta pequeña Iglesia Metodista. El pastor de la iglesia no llegó al servicio porque estaba enfermo. Entonces uno de los feligreses laicos fue al púlpito y empezó a predicar. Predicó sobre Isaías 45:22, “ Mirad á mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra: porque yo soy Dios, y no hay más.” y luego según las palabras de Spurgeon “El me miró bajo la galería, y me atrevo a decir que siendo pocos los presentes, sabía que yo era un extraño. Fijando sus ojos en mí, como si conociera mi corazón, el dijo, “joven, pareces miserable. Y siempre serás miserable en la vida, y miserable en la muerte. Si no obedeces el texto; pero si lo obedeces ahora, en este momento serás salvo. Joven mira a Cristo Jesús, ¡míralo!, ¡míralo!, ¡míralo! No tienes otra cosa qué hacer sino mirarlo y vivir”. Spurgeon dijo, “Así como con la serpiente de bronce que fue levantada, la gente miraba y era sanada, así fue conmigo”
Esta biografía completa  esta en el siguiente enlace .

http://spurgeon.webcindario.com/biografia.htm
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El pastor de niños C.H Spurgeon




Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.
Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.
Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.
(Juan 21:15-17)
 
Simón Pedro no era de Wells; pero tenia mucho de lo que nosotros solemos llamar el fuego de Wells. El pertenecía a aquellas personas que llaman el interés de los jóvenes. A los niños les gusta sentarse cerca del fuego, donde sea que este: en la chimenea de casa o en el corazón humano. Hay personas que parecen estar hechos de hielo. Los niños rápido los dejan. La cantidad de los miembros de la iglesia o de las clases disminuye con cada domingo, si las criaturas de sangre fría leen las predicas o hacen las clases; pero si un hombre o mujer tiene un corazón bondadoso los niños con alegría se reúnen alrededor de ellos, como las moscas que en los días de otoño se calientan en la tibia pared alumbrada por el sol. Es por eso que Jesús le dice al bondadoso Simón: “Apacienta a mis corderos”. Este hombre era propicio para este trabajo.
Además de todo Simón Pedro era también una persona con experiencia. El conocía sus propias debilidades, el pasó por los remordimientos de conciencia, el ha pecado mucho, y no solo una vez fue perdonado; ahora humildemente y con sumisión tenia que reconocer el amor de Cristo. Nosotros queremos que los hermanos y hermanas con experiencia conversen con los niños convertidos y les cuenten que les ha dado el Señor, de los peligros que les esperan; de los pecados que ellos han cometido; de sus tristezas y de su consuelo. A los jóvenes les gusta conocer de aquellos que han recorrido un camino de vida mas largo. Yo puedo decir de los santos con experiencia: sus labios guardan sabiduría. La experiencia transmitida con amor es un elemento excelente para jóvenes creyentes. Ese alimento que con mucha probabilidad el Señor bendecirá para que así sean llenos en la gracia.
Simón Pedro era un gran deudor. El debía mucho a Jesucristo pues según la ley del reino es : aquel que se le perdona mucho el que ama más. ¡Oh! Aquellos de ustedes que nunca se han ocupado de semejante servicio para Cristo; pero sienten que pueden hacerlo bien, salgan y digan: “Yo he dejado este trabajo para las manos mas jóvenes; pero de ahora en adelante no va ha ser así .yo tengo la experiencia y creo que he guardado en mi pecho el calor de mi corazón. Voy a unirme a aquellos que siempre alimentan a los corderos en el nombre del Señor.” Me refiero a la persona llamada a alimentar a los corderos.
Cuando el Señor llama al hombre a su servicio, El le proporciona la preparación necesaria. ¿Como fue preparado Pedro para alimentar a los corderos de Cristo? Primeramente fue alimentado el mismo. El Señor le ha dado el desayuno antes de darle una tarea. Ustedes tampoco podrán alimentar a los corderitos o a las ovejas antes que se llenen ustedes mismos. Es excelente que ustedes están trabajando la gran parte del día del Señor; pero creo que no es sabio aquel maestro que el mismo no viene a escuchar la predica del evangelio y recibir el alimento para su propia alma. En primer lugar reciban el alimento ustedes mismos y después alimenten a otros.
Aun solamente el hecho que Pedro estaba cerca del maestro lo preparaba para la obra de alimentar a los corderos. El nunca olvidara aquella mañana y todo lo que era relacionado con ella. La voz que el oía pertenecía a Cristo; la mirada que penetro hasta lo mas hondo de su corazón era la mirada de Cristo; el respiraba del mismo aire que el Señor Resucitado. La cercanía con Jesús lleno el corazón de Pedro con el aroma agradable e instruyo su lengua para que el pueda ir y alimentar a los corderos. Yo les recomiendo estudiar libros instructivos; pero más que todo les recomiendo conocer a Cristo. Que el sea vuestra biblioteca. Acérquense más a Jesús. Una hora de conversación con Jesús es la mejor preparación para la enseñanza de jóvenes y también la de los mayores.
También Pedro se preparaba para la alimentación de los corderos a través de un método más doloroso –Por el camino de autoanálisis. Tres veces el escucho la pregunta: “Simón hijo de Jonás ¿me amas?” “¿me amas?” “¿me amas?”. El hombre como una vasija necesita de una purificadora autocritica antes que el Señor pueda usarlo dignamente llenándolo con el agua viva, que el llevara a los sedientos. El hombre honesto no tienen temor de mirar a los mas ocultos rincones de su alma, abrirlos ante el Señor y pasar las pruebas que el ha preparado. Solo el hipócrita teme la verdad que prueba su fe; conversaciones con el fin de probar lo aprendido , reflexiones – de todo eso el tiene miedo- . La persona honesta quiere saber firmemente que en verdad ama a Cristo, por eso mira dentro de si, hace preguntas y se hace así mismo un interrogatorio.
Más que todo debemos exponer a la prueba nuestro amor, porque la mejor preparación para la enseñanza de los corderos de Cristo es el amor- el AMOR DE JESUS A SUS CORDERITOS -. Nosotros no podemos ser sacerdotes de su nombre si como Aron no llevamos en el pecho sus nombres. Tenemos que amar; sino no podemos bendecir. La enseñanza pierde su sentido cuando se va el amor , el maestro entonces es como un herrero que trabaja sin fuego o el albañil sin cemento , el ovejero que no ama a sus ovejas es solamente un trabajador asalariado y no un pastor: en el momento del peligro el se escapara dejando su rebaño para los lobos. Allí donde no hay amor no hay vida.
A los corderos vivos no deben alimentarlos los muertos. Nosotros predicamos el amor y lo enseñamos. El centro de nuestra enseñanza es el amor de Dios en Cristo Jesús.¿ Como podemos enseñar el amor sin tenerlo nosotros mismos? , tenemos que plantar el amor en los corazones de aquellos a quienes enseñamos y estimularlo donde ya existe. Pero ¿como podemos encender el fuego si el no arde en nuestros propios corazones? ¿Como podrá mantener el fuego una persona de cuyas mojadas manos gotea la indiferencia y la muerte? , Por lo cual su influencia al corazón del niño mas se parece a un balde de agua que a las llamas del fuego! Estos corderitos viven en el amor de Jesús. ¿Y porque no podrían ellos vivir en nuestro amor también? El los llama “Mis corderos” y ellos lo son ¿no los amaremos por Cristo? Ellos fueron escogidos en amor, redimidos por amor, llamados en amor, lavados en amor, alimentados en amor, y van a ser guardados por amor hasta que lleguen a los verdes prados de los montes celestiales. Ustedes y yo no seremos parte del gran mecanismo del amor de Dios, si nuestras almas no se llenan del celoso empeño por el bien de los queridos niños. El amor es la más grande y poderosa preparación para el servicio, como en la congregación así también en la clase. Amen después apacienten. Si amas – Pastorea. Si no hay amor espera hasta que el Señor lo encienda y pon tu inmaculada mano al trabajo en este santo servicio.
Teniendo en el rebaño niños débiles, recién convertidos, en primer lugar tenemos que alimentarlos a ellos, cada predica, cada clase tienen que ser nutridos. Poco provecho hará pararse, golpear la mesa con la Biblia y gritar “Cree, Cree“, cuando nadie sabe que significa creer. Yo no veo provecho en los violines y panderetas, ni corderos ni ovejas podrán apacentarse en una orquesta. El alimento verdadero tiene que contener la doctrina seria, sana doctrina del evangelio. Cuando la comida caliente ya este en la mesa, toquen la campanita par llamar a todos a la cena; pero la campanita no llenara a nadie, si la mesa esta vacía. Las reuniones matutinas y de día serán solo una perdida de tiempo, para los niños como para ustedes, si no exponemos ante ellos la verdad que salva a las almas y que fortalece. Apacienten a los corderitos, no hay que tocar la flauta y ponerles cadenetas en el cuello; sino alimentarlos.
Es un trabajo simple, humilde y que no llama la atención, ¿conocen ustedes a alguno de estos ovejeros? Yo conocía a uno o dos ovejeros, que siguieron este llamado; pero nunca escuche que alguien hablara de ellos como si fueran grandes personas. Sus nombres no salían en los periódicos, nosotros nunca hemos escuchado que salieran con algunas demandas ante el poder legislativo y les atendieran sus necesidades.
Los ovejeros, por lo general, son gente pacifica y humilde. Mirando a un ovejero ustedes no verán diferencia entre el ,un labrador o un chofer.
El trabaja sin quejarse, no descansa en el invierno y desde la temprana primavera no cierra los ojos ni de día ni de noche, cuidando los pequeños corderitos. El trabaja diligentemente año tras año y a pesar de esto nunca será “Caballero de una Orden” y no adquirirá el titulo de Lord; aunque el trabajo hecho por el, es mucho mas provechoso, que el que hacen las personas que llegan a estos títulos y escalan en la posición social en los barriles de cerveza. Así también sucede con muchos buenos maestros de los niños pequeños. Ustedes pocas veces escuchan de ellos; pero ellos hacen un gran trabajo, por lo cual en los siglos venideros los llamaran benditos. El gran maestro los conoce bien y nosotros escucharemos de ellos en el día del Señor o tal vez antes.
La alimentación de los corderitos, y mas los corderitos de Cristo requiere también atención, porque no se puede alimentarlos con lo que sea, una mala instrucción pronto puede intoxicar parte de los jóvenes creyentes. Los corderitos de Cristo fácilmente pueden comer hierbas venenosas, por eso tenemos que tener cuidado llevándolos tras de nosotros, Si las personas tiene que tener cuidado con lo que escuchan, ¡cuanto mas atentos tenemos que estar nosotros en nuestra enseñanza! Hay que estar atento al alimentar a cada uno de los corderitos y al explicar a cada uno de los niños la verdad que el puede comprender.
Además de eso, la alimentación de los corderos es el trabajo permanente, constante y paciente ““Apacienta a mis corderos” –Este llamado no es para un corto periodo de tiempo sino para siempre .Ningún corderito sobrevivirá, si el ovejero le da alimento solo una vez por semana. Creo que ellos no sobrevivirían ni una semana, de un domingo hasta el otro. Así también los buenos maestros se preocupan de los niños todos los días de la semana dependiendo de sus posibilidades, orando por sus almas y mostrando un santo ejemplo en el tiempo libre de las clases. El cuidado de los corderitos es un trabajo constante y de cada hora. ¿Cuando se termina? ¿Cuantas horas al día trabaja un ovejero? El responderá que en el periodo cuando nacen los corderitos el no tiene tiempo para descansar. El duerme poco, cuando puede. Apenas se duerme ya se levanta para hacer otra vez su trabajo. Lo mismo con aquellos que alimentan a los corderitos de Cristo: Ellos no tienen paz hasta que Dios no salve y limpie de pecado a sus queridos alumnos.
La alimentación de los corderos es el trabajo difícil. Aquí el que no ponga el máximo de sus fuerzas en este trabajo, al final va recibir una terrible cuenta. ¿Ustedes creen que la vida de un pastor es fácil? Yo digo que aquel que la cree fácil al final de su vida comprenderá lo difícil que es. Nada agota tanto al hombre llamado al servicio como la preocupación por las almas. Igualmente en el caso de los maestros: ellos no tendrán éxito si no se entregan por completo a su servicio. Ustedes deben aprender la clase, ustedes deben traer a la clase algo nuevo e interesante, ustedes tienen que instruir e inspirar. Yo no dudo que muchas veces estén sobre cargados de trabajo y me pregunto ¿como pasaran el siguiente domingo? . Yo se que hay tiempos cuando ustedes trabajan muy duro, si trabajan diligentemente Ustedes no se atreverán a llegar corriendo a la clase, sin prepararse, y ofrecer al Señor lo que no les costo ningún esfuerzo. Para que los corderos coman hay que esforzarse para asi sabiamente preparar y servirles su comida.
Y todo eso hay que hacerlo con buen humor, con delicadeza. Un pastor verdadero tiene muchas cualidades preciosas. El esta lleno de empeño; pero no es impulsivo; el es suave de carácter pero sabe dirigir la clase; el es amoroso y tierno; pero no dejara pasar al pecado. El tiene poder sobre los corderitos pero no es tosco con ellos, el es alegre; pero no superficial. El tiene la libertad; pero no abusa de ella, el es serio; pero no melancólico. Aquel que cuida de lo corderos, el mismo también tiene que ser cordero y bendito sea Dios que ante su trono esta el Cordero que cuida de todos nosotros y lo hace con perfecto éxito.
El espíritu de pastor es un don raro e invaluable. Un buen pastor o maestro de Escuela siempre tiene cualidades especiales que hacen la diferencia entre el y los demás. El ave que esta en el nido con sus huevos o cuidando de los pichones tiene el instinto maternal, y ese pájaro dedica toda su vida a la alimentación de los polluelos. Otras aves pueden estar felices volando, pero este tranquilamente día y noche esta en su nido, y si vuela es solamente para llenar de comida los picos abiertos, que parecen que nunca serán saciados. A esta ave le guía la pasión. Algo semejante llena a aquel que de verdad quiere ganar las almas de pecadores para Cristo: Parece que con alegría el aceptaría la muerte para ganarlos; el anhela, suplica, trabaja constantemente para que aquellos que son queridos a su corazón reciban la bendición. Si seria posible salvarlos el pondría la mitad de sus cielos para eso y a veces aun en su entusiasmo esta dispuesto a cambio de la salvación de las almas dar el cielo, y como Pablo el preferiría que lo maldigan con tal que sean justificados los pecadores. Muchos no entienden este santo empeño porque ellos mismos nunca lo han experimentado. Que el Espíritu Santo lo implante en nosotros, para que actuemos como los verdaderos pastores hacia nuestros corderitos. Solo con esta condición cumpliremos el llamado :
“Apacienta mis corderos”
(C.H. Spurgeon)
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